Bueno, no se que carajo pasó ayer...
Venía en el tren, volviendo del laburo, y todo el mundo me miraba raro. Ni idea por qué, no entendía nada. Me olí las axilas y olían... bueno, no olían bien pero tampoco olían especialmente mal. Todo parecía estar en su lugar, pero todo el mundo me miraba...
Ahí fue cuando reaccioné mal... y le dije a uno de los vagos que estaban ahí "que mirás flaco?!". Claro que elegí al tipo más grandote de todo el vagón para decírselo, porque como aprendimos del anime, cuando un oponente es demasiado fuerte, te dice que ni vale la pena gastarse en pegarte y esas cosas... aparentemente me equivoqué, porque me pegó un rodillazo en el estómago, mientras me agachaba para agarrarme las tripas me golpeó el mentón, para luego darme un golpe frontal que me hizo atravesar la pared del tren, volando varios metros, hasta que finalmente caí sobre un grupo de klingons que estaban casualmente ahí jugando a las bolitas.
Fue entonces cuando me enojé y saqué mi M16 de la mochila. Y cuando miré hacia abajo para cargar mi arma, me di cuenta... en ese mismo momento... no tenía pantalones, ahora todo cerraba.
jueves, 6 de marzo de 2008
Last train to london
Publicadas por Alan Diaco a la/s 5:56 a. m.
Etiquetas: Spontaneous
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2 comentarios:
cuanta droga estas consumiendo ultimamente????
cuidate negro que cuidarse es quererse
ahhh...los chupas quieren ya otro capitulo
andru
wtblog?
saludillos
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