domingo, 13 de enero de 2008

Sunday bloody sunday

Ok, no me puedo dormir, así que vine a escribir.

Ironía, mucha.


La simpleza de los domingos me hace sentir que la vida es horriblemente difícil. Todo es horriblemente difícil.

Los domingos en su asquerosa oquedad nos obligan a pensar y pensar y pensar. Y usualmente nos terminamos invadiendo con esos pensamientos que no nos dejan dormir. Esos que preferimos no pensar tanto porque sabemos que nos vamos a poner emos o nos vamos a hacer la cabeza con boludeces o lo que sea. Los domingos con su carencia de propósito fijo complotan para hacernos recordar, elucubrar, sobreanalizar, paranoiquear.

Los odio.

Los odio porque hacen que no pueda sacar cosas de mi cabeza que si bien tengo siempre presentes, los domingos me queman el bocho como si me estuvieran marcando en un rancho.


Lo más triste, a todo esto, es que ya es lunes y yo sigo igual.

No hay comentarios.: